miércoles, 9 de mayo de 2012

HISTORIA DEL SENA


RODOLFO MATÍNEZ TONO

Una entidad que trasciende


Colombia como cualquier país en vías de desarrollo había sido eminentemente exportador de materias primas e importador de productos industriales o manufacturados. Por lo menos fue la estructura económica que caracterizó al país durante todo el siglo XIX y una gran parte del siglo XX.
Por efecto de acontecimientos internacionales como la crisis económica de 1929 y la Segunda Guerra Mundial, la situación de Colombia como país, cambia hacia una política de producción interna basada en la sustitución de importaciones y el fomento a la inversión extranjera para el desarrollo de la industria nacional.

En la segunda mitad del siglo XX se extiende en América Latina un modelo productivo orientado a la sustitución de importaciones, en el que se basó la industria instalada 

El fomento del consumo interno de productos manufacturados cubiertos por aranceles a la importación, la producción en serie de la industria textil y metalúrgica, el desarrollo de empresas estatales y de servicios públicos, contribuyeron a la existencia de una fuerza de trabajo con un determinado tipo de calificaciones para la producción en masa.

El perfil de los trabajadores correspondía a un proceso productivo que permitía una clara división y compartamentalización del trabajo, una estructura jerárquica de las empresas, la producción en cadena y la homogenización del producto. Naturalmente que el cambio y diversificación en la producción, requería de una mano de obra con calificación técnica y especializada. ¿cuáles fueron los primeros pasos dados en el país con el fin de impartir capacitación técnica a la nueva mano de obra requerida por una economía colombiana en expansión?
Temas como el aprendizaje, la enseñanza industrial y la capacitación se mencionan por primera vez en la legislación colombiana contemporánea en la Ley 143 de 1948. Para la década del 50 ya existen en el país una serie de Escuelas Técnicas dependientes de la División de Educación Industrial y Comercial del Ministerio de Educación.
La deserción, sin embargo es alta: los 48 centros existentes en 1957 tienen un total de 6.028 alumnos inscritos de los cuales 642 terminaron sus estudios. En 1954, el Ministerio de Trabajo crea el instituto de Capacitación Obrera, que comienza a funcionar en 1956, para beneplácito de las organizaciones de los Trabajadores Colombianos.  Con el tiempo estos esfuerzos resultan insuficientes.
El crecimiento industrial demandaba anualmente la capacitación de 10.000 nuevos trabajadores, sin contar con las necesidades de capacitación de mano de obra ya vinculada al trabajo.

No existía pues, para aquella época una planificación orgánica de la formación profesional que adecuará las posibilidades de capacitación a las necesidades reales del desarrollo económico. Más aún, no existía una legislación adecuada con respecto a la formación profesional.
El aprendizaje, por ejemplo no contaba con normas claras como punto de referencia del Código Sustantivo del Trabajo, la Ley 143 de 1948 y los reglamentos de trabajo eran ambiguos: no estaban reglamentados, las condiciones que debe reunir el aprendiz, ni un sistema metódico de capacitación, ni la duración y características del aprendizaje, ni existía organismo alguno con recursos suficientes que orientara y controlará la acción. Las instituciones entonces existentes, afrontaban el crónico problema de la falta de recursos y de organización adecuada para suplir las necesidades de este campo.

El SENA: una necesidad

Dentro de este contexto tenemos que situar el surgimiento del SENA en Colombia, que no sucede como consecuencia de una concepción abstracta de la formación profesional, ni como un simple impulso de la cooperación técnica internacional, ni del deseo subjetivo de los empresarios y de los trabajadores por tener una escuela técnica.
Las condiciones objetivas que hicieron posible la creación y estructuración del Servicio Nacional de Aprendizaje, pueden fundamentalmente, reducirse a dos. Una hace referencia a aspectos socio–económicos y la otra a elementos de orden institucional.
Por una parte, el SENA es una respuesta al empuje del desarrollo económico y social que el país estaba experimentando en la década de los años 50: proceso de industrialización con base en la substitución de importaciones; proceso de urbanización por la expansión industrial y la emigración hacia las ciudades de la población rural; acumulación de capital por el alto ingreso de divisas, habida cuenta del elevado del café en los mercados internacionales; y expansión del movimiento sindical.
Por otra parte, el SENA surge como producto de una necesidad sentida respecto de una mayor y mejor mano de obra calificada, de lo cual fueron conscientes tanto los empresarios como los obreros organizados, quienes, en su debido tiempo, contaron con asistencia técnica internacional.
El Gobierno Nacional, los Gremios Empresariales, la OIT y las Organizaciones de los Trabajadores fueron las fuerzas vivas que al responder a una exigencia de mano de obra calificada en el país según las nuevas condiciones de desarrollo económico social, contribuyeron a crear, organizar e impulsar el Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA.
El SENA se creó por medio del Decreto 118 de 1957, «Por el cual se decretan aumentos de salarios, se establece el subsidio familiar y se crea el Servicio Nacional de Aprendizaje». Razón por la cual, se añade un artículo adicional al Decreto que crea el subsidio familiar en Colombia, especificando que el 5% sobre la nómina de salarios que recaudarían las Cajas de Compensación Familiar de los patronos del país, una quinta parte (1%) iría destinada a la creación y mantenimiento del Servicio Nacional de Aprendizaje.
Posteriormente, mediante la Ley 58 de 1963 dicho monto se incrementó al 2%. Desde la fundación del SENA la Iglesia Católica ha estado presente activamente en la historia de la Institución; así consta en el Acta No. 01 de su Consejo Nacional, reunión en la cual participó el Padre Héctor Jaramillo Duque –posteriormente Obispo- en representación del Cardenal Crisanto Luque, Arzobispo de Bogotá. Igualmente han estado presentes los Gremios de la producción, los Trabajadores y los Campesinos.


Por etapas 

Desde su creación la entidad ha tenido enfoques y coberturas que en un proceso de desarrollo se pueden sintetizar así: 

1957 a 1968: Cobertura restringida de sus acciones de formación, puesto que se limitaba a atender al sector moderno de la economía, utilizando para sus acciones solamente los centros fijos. 
1969 a 1974: Se aumenta la cobertura de servicios con el incremento de alumnos por grupo y la creación de los programas de promoción profesional popular: urbana y rural.

1975 Se introducen nuevos métodos de formación con base en la personalización, la  desescolarización y participación comunitaria, entre otros.
1980: Al iniciarse la década de los 80, se consolida una población activa en la que el sector industrial y el empleo público tenían una participación relevante y el sector informal incorporaba a los trabajadores que no eran absorbidos por el sector moderno. Del lado de la educación, la expansión  de la matrícula en la educación básica y el modelo de educación técnica/formación profesional intentaba adecuarse a esa realidad.
En consonancia con esto se inicia en el SENA la elaboración de diseños para la implementación de la política técnico-pedagógica de formación permanente, individualizada y modular, lo cual facilita el impulso al desarrollo de estrategias tales como la formación en la empresa y la formación a distancia.

1990: En la decada de los años 90 la crisis de la deuda externa, la alta inflación en algunos países
y el estancamiento en la mayoría de ellos pusieron en cuestión la viabilidad del modelo de desarrollo propuesto. El ajuste estructural modificó las tendencias de empleo en el sector público y redujo la financiación de los servicios prestados por el Estado, llevando en muchos casos a la privatización de los mismos, reduciendo aún más la oferta de empleo en el sector público.

El contexto de la globalización de los mercados hizo que se internacionalizara la producción y a la participación de varios países en un mismo proceso productivo, incrementando la competencia entre empresas y varios países.

1994 1994: Lo anterior condujo a la expedición de la Ley 119 de 1994, la institución se reestructura para desarrollar programas de formación profesional que contribuyan al desarrollo social, económico y tecnológico del país.  

El final de siglo se caracterizó por una nueva organización del trabajo, donde se enfatiza la producción flexible, las organizaciones más horizontales basadas en unidades productivas responsables por los estándares de producción y calidad que responden a una demanda diferenciada de productos y servicios. Para esto, se requirieron nuevas y múltiples competencias en los trabajadores, así como nuevos enfoques de gestión y formación del recurso humano.


2004: Los ajustes requeridos por la realidad económica establecido han llevado a la expedición de los decretos 249 de 2004, por el cual se modifica la estructura del Servicio Nacional de Aprendizaje  SENA y el 250 de 2004, por el cual se adopta la planta de personal del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA.

Pero la promulgación de este Decreto fue sólo la culminación de una tarea iniciada cuatro años antes para lograr este objetivo y en la cual participaron muchos actores, en especial los trabajadores organizados. En efecto, la Unión de trabajadores de Colombia U.T.C. (Hoy desaparecida), reunió en la ciudad de Medellín su V Congreso en febrero de 1954 y entre las conclusiones con las cuales terminó dicho certamen se encuentra la de "solicitar al Gobierno Nacional y a la Asociación Nacional de Industriales -ANDI- que se estudie la posibilidad de hacer en el país un ensayo de escuelas industriales al estilo de las que existen en el Brasil con el nombre de Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial - SENAI- para que impartiera formación profesional a los trabajadores y a sus hijos". Allí mismo se solicitó el establecimiento del Subsidio Familiar, pagado a través de Cajas de Compensación, que ya venía rigiendo en varias empresas, administrado directamente por éstas, para lo cual dedicaban el 5% del valor de sus nóminas.

En ese Congreso estuvo presente el doctor Aurelio Caicedo Ayerbe, quien se desempeñaba como Ministro de Trabajo, y quien recibió en el acto dichas conclusiones, las que luego fueron entregadas por los dirigentes de la U.T.C. al General Rojas Pinilla y al Doctor José Gutiérrez Gómez, presidente de la ANDI.

Como respuesta del Gobierno a estas dos solicitudes de los trabajadores, se dictó el Decreto 2920 de Octubre de 1954, creando el Instituto Nacional de Capacitación Obrera, dependiendo del Ministerio del Trabajo y para dirigirlo nombró al Doctor Rodolfo Martínez Tono, quien para ese entonces era funcionario del Ministerio. Y no es que el Instituto hubiera fracasado como algunos quieren presentarlo, ignorando que muchos trabajadores se beneficiaron de la capacitación impartida por el Instituto hasta cuando fue liquidado para darle paso al SENA, ya en el mandato de la Junta Militar.

Para estimular el establecimiento del Subsidio Familiar, ya voluntariamente establecido por algunas empresas por acuerdos en las convenciones colectivas de Trabajo o por fallas arbitrarias, el Gobierno dictó el Decreto 180 de Febrero 1 de 1956. Para ese época el Ministro de Trabajo, quien influyó notoriamente para que se dictaran estas disposiciones era el Doctor Castor Jaramillo Arrubla (Q.E.P.D.).

Con la caída del General Rojas Pinilla el 10 de Mayo de 1957, una Junta Militar asumió el mando en forma transitoria, mientras se convocaba a elecciones. A esa Junta Militar la U.T.C. le hizo entrega de un memorando en el cual se solicitaba:
1.    Garantía de la libertad de Asociación.


2.    Extensión del subsidio familiar a todo el territorio Colombiano y obligatoriedad de éste tanto para trabajadores particulares como oficiales.

3.    Aumento general de salarios.

4.    Conversión del instituto de capacitación laboral en un instituto de capacitación técnica con autonomía administrativa y patrimonio propio.

5.    Convocatoria de una comisión tripartita para que estudiara los problemas sociales más urgentes.

Aceptada la propuesta de la U.T.C. sobre una Comisión tripartita, ésta empezó a funcionar bajo la presidencia de Ministro del Trabajo, Doctor Raimundo Emiliani Román, quien acogió en forma entusiasta la idea de la creación del Subsidio Familiar. Para atender esta obligación se disponía que las empresas destinaran el 5% del valor de sus nóminas. Aprobada esta parte en la comisión tripartita, los representantes de los empleadores solicitaron que se aplazara para una próxima oportunidad la creación del SENA, con el fin de no gravar más la nómina de las empresas. Ante la perspectiva de que el aplazamiento pudiera significar el ahogamiento de la iniciativa, los representantes de los trabajadores propusieron que del 5% ya aprobado para el Subsidio Familiar se destinara el 1% para crear el SENA; la propuesta fue acogida por unanimidad y así vivió inicialmente el SENA hasta 1963, cuando por medio de la ley 58 de Octubre 24 de 1963 se refinanció el SENA elevando el aporte para el subsidio familiar al 6% del valor de las nóminas, del cual se destina el 2% para el SENA y el 4% para el Subsidio Familiar.

Terminadas las negociaciones entre el Gobierno, empleadores y trabajadores en la Comisión tripartita, el Gobierno expidió el Decreto 118 del 21 de Junio de 1957 "por el cual se decreta aumentos de salarios, se establece el subsidio familiar y se crea el Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-".

Desde esa fecha esta Entidad viene prestando sus invaluables servicios al desarrollo económico y social del País, formando la mano de obra para la industria, el comercio y los servicios, y facilitando la promoción del trabajador Colombiano a través de sus 20 Regionales, 4 seccionales y 138 centros de Formación Profesional y está presente en 959 municipios del País y más de cinco millones de compatriotas nuestros han tenido la oportunidad de capacitarse gratuitamente en sus aulas.

Santa Fé de Bogotá, D.C., Junio de 1997.





Cuando se habla de Formación Profesional en Colombia, es necesario remontarnos al menos a 110 años de historia.  Fue en septiembre de 1890 cuando la comunidad de los Padres Salesianos llegó a Bogotá, y el 11 de febrero del mismo año fundaron el Colegio León XIII de Artes y Oficios, para la formación técnica de la juventud. Después de la Fundación del Colegio León XIII de Artes y Oficios, vino la creación de doce escuelas técnicas y varios institutos agrícolas para la capacitación de los trabajadores.  Esa fue como la prehistoria del SENA durante medio siglo.

La memoria de don Antonio Díaz García relata que la primera iniciativa sobre la creación de un instituto de formación profesional surgió durante el V Congreso de la Unión de Trabajadores de Colombia UTC celebrado en Medellín en febrero de 1954.  La UTC tenía como asesores a los sacerdotes Jesuitas, padres Vicente Andrade Valderrama y Francisco Javier Mejía, quienes jugaron un papel fundamental en la etapa previa a la fundación del SENA. 

Entre las conclusiones de dicho certamen, se encuentran, primero, la de “solicitar al Gobierno Nacional y a la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) que se estudie la posibilidad de hacer en el país un ensayo de escuelas industriales al estilo de las que existen en el Brasil con el nombre de Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (SENAI), para que imparta formación profesional a los trabajadores y a sus hijos”. Igualmente, se pidió el establecimiento del subsidio familiar pagado por cajas de compensación.

Como respuesta del Gobierno Nacional, fue promulgado el Decreto 2920 de octubre del mismo año, creando el Instituto Nacional de Capacitación Obrera, dependiente del Ministerio de Trabajo como director fue nombrado Rodolfo Martínez Tono, quien para ese entonces era funcionario del Ministerio. Para estimular el establecimiento del subsidio familiar en las empresas, en forma voluntaria i por convenciones colectivas, se dictó el decreto 180 de febrero de 1956.  En 1957, la UTC solicitó a la Junta Militar de Gobierno la conversión del Instituto de Capacitación Obrera en un instituto de capacitación técnica con autonomía administrativa y patrimonio propio.  Ante la posibilidad de que esta iniciativa quedara aplazada, los representantes de los trabajadores propusieron que del 5% ya aprobado para el subsidio familiar, se destinara el 1% para crear el SENA.  Esta propuesta fue acogida en el Decreto 118 del 21 de junio de 1957, firmado por Gabriel París como presidente de la junta.  Así surgió inicialmente la Institución hasta 1963, cuando por medio de la Ley 58 se refinanció el SENA, elevando el aporte para el subsidio familiar al 6% del valor de las nóminas, del cual se destinaría el 2% para la institución y el 4% para el subsidio familiar.

Desde 1957, la entidad viene ofreciendo y ejecutando la formación profesional integral y capacitando a los colombianos para la agricultura, la industria, el comercio y los servicios, facilitando la promoción del trabajador colombiano a través de sus Regionales, Seccionales y Centros de Formación Profesional.  Desde la fundación del SENA, la Iglesia Católica ha estado presente activamente en la historia de la Institución, así consta en el Acta No. 01 de su Consejo nacional, reunión en la cual participó el Padre Hector Jaramillo Duque, en representación del Cardenal Crisanto Luque, Arzobispo de Bogotá.  Por lo anterior, la Iglesia cree tener derecho a una palabra original sobre la Formación Profesional en Colombia.  Lo contrario seria dejarnos contagiar por la “enfermedad del olvido”.










MISIÓN


El Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) se encarga de cumplir la función que le corresponde al Estado de invertir en el desarrollo social y técnico de los trabajadores colombianos, ofreciendo y ejecutando la Formación Profesional Integral gratuita, para la incorporación y el desarrollo de las personas en actividades productivas que contribuyan al desarrollo social, económico y tecnológico del país


VISIÓN



El SENA será una organización de conocimiento para todos los colombianos, innovando permanentemente en sus estrategias y metodologías de aprendizaje, en total acuerdo con las tendencias y cambios tecnológicos y las necesidades del sector empresarial y de los trabajadores, impactando positivamente la productividad, la competitividad, la equidad y el desarrollo del país.


 

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